“¡Cuán feliz es el que no sigue los consejos de los malvados, ni imita la conducta de los pecadores, ni se sienta en silla de burladores!
Al contrario, su satisfacción está en la ley del Señor, y en esta ley medita día y noche. Es como un árbol plantado junto a aguas corrientes: da fruto a su debido tiempo y sus hojas no se marchitan. ¡Todo lo que hace prospera! ¡Este no es el caso de los malvados! Son como paja que se lleva el viento.
Por tanto, los impíos no comparecerán en el juicio, ni los pecadores en la comunidad de los justos. ¡Porque el Señor aprueba el camino de los justos, pero el camino de los impíos conduce a la destrucción!
Salmos 1:1-6
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