“Señor, Dios nuestro, rodéanos de tu protección, para que nuestro corazón y nuestra alma tengan alegría incluso en un mundo lleno de maldad.
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Que tu infinita y eterna misericordia nos rodee siempre y que la tierra se llene de gratitud por ti. No importa cuántas cosas malas sucedan, sabemos que Su paz siempre está con nosotros, que nunca estamos solos y que podemos recibir fuerza para ayudarnos en la lucha y el trabajo de la vida.
Gratitud Padre mío, que los días buenos pasen lentamente, para poder sentirlos con el alma, cada segundo de ese día en tu presencia. Nada es más importante que el tuyo. amo eso sostenme en los días que parecen difíciles.
Gracias por tu luz y por nunca haber tenido Abandonado de mí mismo siendo imperfecto y pecador.Amén"