El Señor es mi fortaleza y mi escudo; Mi corazón confió en él y fui ayudado; Por eso mi corazón salta de placer, y con mi cántico lo alabaré.Salmos 28:7
Mi amado gran Dios, esto es mío. oración de desafíos, la comunión contigo es de donde saco la fuerza para seguir adelante. Los desafíos de la vida son grandes, pero el Señor es escudo y protección para todos tus siervos en la tierra. El Señor guarda a tus amados hijos y los protege del maligno.
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Mi fuerza proviene únicamente de ti, por eso busco en el Señor mi renovación diaria. Me preparo para tu reino eterno donde habitan la paz y la luz eterna. Por eso cuando busco al Señor siento consuelo en mi corazón y me regocijo en tu magnífica Santa presencia. Perdona mis pecados Fortalece mi fe y santifícame en tu verdad..
En esta oración de desafíos, pongo al Señor como mi escudo para que las flechas del enemigo no me alcancen. El Señor me protege y me marca como propiedad tuya, por eso caminaré confiado en tu verdad. Me aferraré a ti continuamente porque Conectado al Señor renuevo mis fuerzas como el águila renueva las suyas.
En ti confío con todas mis fuerzas y mi corazón se llena de la bondad que de ti proviene. El Señor quita todo lo que me hace mal y me da fuerzas para enfrentar al enemigo. Padre, provoca un gran cambio dentro de mí y ayúdame a afrontar los desafíos internos. De esa forma Estaré mejor preparado para afrontar las cosas que me rodean.
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Mi comunión con vosotros con esta oración de desafíos me hace confiar aún más en el Señor. En cada meta que tenga en mi vida, el enemigo querrá derribarme, pero el Señor me da la victoria. Te necesito las 24 horas del día, así que Protégeme cuando estoy despierto o cuando estoy durmiendo..
El Señor me ayudó en los momentos más desafiantes, ahora pasé por grandes dificultades, el Señor siempre proveyó la provisión. Al igual que la guerra, el Señor me da todo el apoyo que necesito. Por eso guardo mi corazón porque el espiritu santo obra en el ayudándome en los grandes momentos.
Seguiré buscándote con la oración de los desafíos, me aferraré a tu gracia y santificaré tu verdad. Así creceré y me prepararé cada vez más para el cielo. Entonces mi corazón salta de placer y con mi canto lo alabaré por siempre. Siento un deseo enorme de alimentarme de ti a diario, por eso siempre hago algo nuevo en mi vida para honrar tu nombre.
¿Quién soy yo, Padre mío, para que os acordéis de mí? ¿Quién soy yo para que el Señor pueda mirarme? Aun así, el Señor me ama y se preocupa por mí, por cada situación de mi vida. Entonces Señor es mi escudo y mi poder en las debilidades en cada momento de mi vida.
Continuamente me aferraré a ti con esta oración de desafíos y estableceré mis pasos en tu verdad eterna para siempre. Te agradezco por toda esta oportunidad, mi amado Padre, tu cuidado, amor y protección en el nombre de Jesús. ¡Amén!