“Dios mío, sólo tú sondeas mi corazón, está abierto a Ti. Sólo tú conoces mi naturaleza y todas mis debilidades. Ante ti soy tan pequeño, pero me hago más grande en tu magnífica presencia.
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Te pido Señor mío, quédate conmigo, cúbreme con Tu gran misericordia, acaríciame con Tu abrazo y sostenme con Tu mano. Mi carga es más ligera cuando estoy contigo Padre.
La fe alimenta mi alma y me nutre de vida todos los días. Querido Dios, guíame por el camino correcto.
Rodéame de bendiciones y victorias, en Ti confío y esperaré porque el mejor tiempo es el tiempo del Señor. Que el Espíritu Santo esté conmigo en todo momento.
Rodeándome de protección y luz. Gracias por escucharme siempre, Dios mío.
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Te pido que te quedes aquí con nosotros esta noche. bendecido.
En el nombre de Jesús, Amén.“