“Jesús salió de la sinagoga y fue a casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella.
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Mientras estaba junto a ella, se inclinó y reprendió la fiebre, que la abandonó. Ella se levantó inmediatamente y comenzó a servirles.
Al ponerse el sol, el pueblo llevó a Jesús a todos los que padecían diversos tipos de enfermedades; y los sanó imponiéndoles las manos a cada uno de ellos.
Además, de mucha gente salían demonios que gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios! ” Pero él los reprendió y no les dejó hablar, porque sabían que él era el Cristo.
Al amanecer, Jesús fue a un lugar solitario. La multitud lo buscaba, y cuando llegaron donde estaba, insistieron en que no los dejara.
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Pero él dijo: “También en otras ciudades debo predicar la buena nueva del Reino de Dios, porque para esto fui enviado”.
Y continuó predicando en las sinagogas de Judea.“.
Lucas 4:38-44
La importancia del evangelio del día
Como cristianos, le damos un gran valor a la Palabra de Dios. Es mediante la creencia en la Palabra de Dios que somos salvos (Rom 10:17). La Palabra de Dios se convierte entonces en nuestra guía de vida en todas las circunstancias, ya sea en el ámbito laboral, en la vida social o incluso en el círculo familiar. Nuestra aspiración debe ser vivir según la Palabra de Dios.
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Cada día un hermoso texto de la palabra de Dios para que medites y hables con el Padre.
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