“Dios nuestro Señor, a Ti elevamos nuestros ojos en oración, bendícenos a través de Tu Palabra y permite que nuestros corazones se relajen en Tu presencia.
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Libéranos de toda la inquietud y confusión de nuestros tiempos, porque te pertenecemos a ti, no al mundo. Queremos encontrar la paz y permanecer en ti, el Señor nos cuidará como a tus hijos, a quienes nunca olvidarás por toda la eternidad.
Bendícenos y renuévanos cada día con las riquezas de tu gracia, porque tú, oh Dios nuestro Señor, eres nuestro Padre por siempre, gracias por escuchar a mi Padre.
Te damos gracias por todos los dones con los que enriqueces nuestras vidas, pero te pedimos que nos protejas siendo pacientes unos con otros, para que podamos estar contigo, tanto como tú lo estás con nosotros hoy y siempre. Amén."