“Querido Padre Celestial, Dios y Salvador, nuestros corazones anhelan llegar a ti. Su palabra nos bendice y nos renueva cada día.
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Señor Dios, tú eres nuestra ayuda. Danos un corazón valiente para soportar las angustias de nuestro tiempo. Que tu nombre sea honrado y glorificado en todo tiempo, que venga tu reino y que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre.
Que tu eterna misericordia nos envuelva y que la tierra se llene de gratitud por ti. Padre y Creador de todos nosotros. Amén"