Oración de humillación

Porque no despreció ni aborreció la aflicción del afligido, ni escondió de él su rostro; pero cuando lloró, lo escuchó. Salmos 22:24

Mi Dios eterno en este oración de humillación Pongo todas mis esperanzas únicamente en ti que lo ves todo y estás siempre atento. Gracias sean dadas al Dios que escucha a su pueblo y está siempre dispuesto a ayudar a quienes lo buscan de todo corazón. Ciertamente el alma de quien recurre a ti, Dios mío, está más firmemente establecida en tu reino.

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Así que no permitas que me desconecte de ti por algún motivo. Señor, que cambia la vida de todos aquellos que lo aceptan con todo el corazón.. Sólo soy polvo, pero siento tu mano guiarme, no soy nadie, pero siento a Cristo llamándome. De esta manera su voz susurra en mis oídos y me da una paz que nadie es capaz de darme.

Por eso mi corazón se abre al Señor con esta oración de humillación, porque de esta manera tengo un gran refugio, mi Cristo es rey. Él está intercediendo por mí y dándome su paz que me hace ver diferente a cada momento.. Dios, fortaléceme en tu camino y ayúdame a vivir una vida gentil con humildad y gran humillación ante ti porque no quiero ser falso.

ORAÇÃO DA HUMILHAÇÃO

Dios mío, santo y digno de exaltación, cuídame, hazme escuchar al Señor y Que mi meditación día y noche sea el Señor.. Que la cruz de Cristo sea mi reflejo para tener siempre ante mis ojos al Señor y todo el proceso de salvación, que un milagro.

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Santo Dios, sé que no me dirijo al Señor con hipocresía de corazón, pero con esta oración de humillación, así encontraré refugio de todos los problemas de la vida, sin aferrarme a ellos. Alabado sea tu nombre, Dios mío, porque sabe de nuestras aflicciones y de las grandes dificultades que tenemos en esta tierra.

En este momento de humillación, me pongo en tus manos con todo lo que tengo. Aunque soy una persona débil y fallida, el Señor me ha escuchado y cuidado. Por eso, siempre tendré motivos para adorarte y asentar aún más firmemente mis pies en el camino que me has reservado para seguir.

Dios, tu palabra dice que el Señor nunca abandona al afligido y que responde a su clamor, que no se tapa los oídos, sino que está siempre abierto y paciente. Por eso siempre insistiré en esta oración de humillación. Aunque no tengo ningún mérito ante ti, Dios mío, sé que es exactamente el Señor quien me levanta cuando estoy abajo..

Santo Dios, no me rendiré contigo porque me has cuidado y respondido a mi voz en el momento indicado. Así que ayúdame a ver al Señor cada vez más en mi vida. De esta manera doy pasos para que algún día pueda estar en el mundo nuevo que él prometió para todos. Por eso termino esta oración de humillación postrándome en el nombre de Jesús. ¡Amén!

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