Y nosotros todos, a cara descubierta, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados de gloria en gloria a su imagen, como por el Señor, el Espíritu. 2 Corintios 3:18
Dios mío, tu presencia me basta para seguir adelante, por eso te busco en oración de contemplación. Padre Eterno, no hay otro como tú, porque eres el único fuerte en poder y misericordia. El Señor creó todas las cosas con un propósito eterno, por eso busco tu sabiduría, guía y poder para vencer el mal. Pongo mi vida en tus manos, perdona mis pecados y ayúdame a vivir con rectitud en tu camino seguro y justo. La vida pasa, mi Padre eterno, por eso te busco, porque eres quien prolonga la vida y nos da poder para enfrentar los obstáculos del tiempo.
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Sé, pues, mi Dios, mi protector, quien me guíe dulcemente hacia aguas tranquilas después de cada tormenta de la vida. En esta oración de contemplación pongo mi súplica con temor y adoración. Me presento ante vosotros para contemplaros y adoraros en espíritu y en verdad. Que tu gracia sea sobre mí, ven a mi corazón para hacer un hogar pleno y ayúdame a encontrar satisfacción en ti, reconociendo tu grandeza y majestad..
En esta oración de contemplación me acercaré más a Jesús, para poder ser como él. Un día contemplaré tu rostro que brilla como el sol de la justicia y podré poner mi mano en las manos de quien salvó mi vida amándome hasta el final..
Dios mío, en mi oración de contemplación te busco porque el Señor es el sentido de todo en mi vida. Por eso, Padre eterno, transfórmame de gloria en gloria para que pueda seguir tu propósito aquí en esta tierra. En mis oraciones por mi alto llamado Te busco como dador de todo lo que tengo.
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Santo Dios, no me dejes contemplar las cosas que te desagradan, porque no quiero que las cosas del mundo me molesten. No permitas, Dios mío, que las cosas del mundo me involucren. Además, Padre Eterno, no me dejes mezclar las cosas santas con las profanas para que mi mente no se queme cauterizada.
Que mi oración de contemplación ascienda a tu trono de gracia. Así, Dios mío, seré escuchado por el Señor y recibiré bendiciones directamente de ti. Ayúdame, Dios eterno, a ser transformado según tu semejanza, como está escrito en este pasaje de la segunda carta a los Corintios.
Sé, querido Padre, que mi oración de contemplación será escuchada y contestada según tu voluntad porque el Señor conoce los deseos de mi corazón. Así, que mi vida brille, porque la luz de tu Espíritu Santo sea mi sol que disipe las tinieblas que llegan a mi vida. Aparta mis ojos, Señor, de la contemplación de cosas inútiles y revíveme en tu camino..
Que mis ojos no lleguen a contemplar lo que os desagrada, y que mis oídos no lleguen a desagradar al Señor oyendo cosas inútiles. ¡Así que Padre, ponme a tu favor, sálvame, salva a los miembros de mi familia para tu reino en el nombre de Jesús! Amén.
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